El género es un concepto que puede parecer simple pero en realidad no lo es. Como sociedades modernas hemos llegado a aceptar solo dos opciones: ser masculino o ser femenino. Según el artículo, The Medical Construction of Gender: Case Management of Intersexed Infants (Kessler, 1990) “in the face of apparently incontrovertible evidence – infants born with some combination of ‘female’ and ‘male’ reproductive and sexual features – physicians hold an incorrigible belief in and insistence upon female and male as the only ‘natural’ options (2). Los niños inter-sexuados pueden sufrir psicológicamente porque no pueden ser definidos (inicialmente) y la sociedad quiere que sean masculinos o femeninos.
En nuestra clase leímos el libro Los cachorros de Mario Vargas Llosa (1967). Este libro trata la identidad de género y el papel central de los genitales masculinos en definir el género de una persona. Kessler define la identidad de género como “one’s sense of oneself as belonging to the female or male category” (4). Esta idea da forma a la historia del libro. En la obra el personaje central, Cuéllar, es castrado por un perro cuando está joven. Esta castración tiene un gran impacto en su vida. Después de la castración, Cuéllar se vuelve más distante y retirado. Pierde su interés en los estudios y en vez de eso, dedica más tiempo a practicar al fútbol. Cuando es un adolescente, sus amigos tratan de convencerlo de que actúa más como un “hombre” y que busca una chica. Cuéllar no se siente tan masculino como sus amigos a causa de su castración. Hay una cita de Kessler que resume esta situación que dice, “While it may be difficult for an adult male to have a much smaller than average penis, it is very detrimental to the morale of the young boy to have a micropenis. In the former case the male’s manliness might be at stake, but in the latter case his essential maleness might be” (Kessler, 10). Cuellar no sabe cómo actuar con sus amigos y ellos empiezan a creer que él es homosexual porque él no puede actuar tan varonil como ellos. “The primary deficit [of not having a sufficient penis] – and destroyer of morale – lies in being unable to satisfy the partner” (18). Cuellar tiene miedo de tener una relación con Teresita porque no cree que puede dar la talla.
La sociedad ejerce mucha presión sobre la gente para ser “normal.” Los padres de los niños inter-sexuados sienten esta presión y a su vez, ejercen presión sobre los médicos para definir un género para sus niños. Cuando se asigna un género para un niño inter-sexuado los médicos alegan que están buscando el género verdadero según la biología pero en realidad los factores culturales prevalecen. Ejecutan muchos exámenes para verificar las hormonas y los cromosomas del niño, sin embargo en el examen termina ser lo más importante el tamaño del falo. “The principles underlying physicians’ decisions are cultural rather than biological, based on parental reaction and the medical team’s perception of the infant’s societal adjustment prospects given the way her/his genitals look or could be made to look” (Kessler, 11).
Nadie quiere que su niño vaya a ser marginado a causa de sus genitales. Este deseo obliga a los padres a tomar decisiones difíciles como era el caso en el documental “Sex Unknown” (2001) de Andrew Cohen. Este documental trata de un niño canadiense en los 1960. Bruce y su gemelo tuvieron una cirugía de circuncisión. Durante la cirugía, el pene de Bruce fue destruido. En ese momento, un doctor estadounidense John Money era popular con su teoría de que se podía cambiar el sexo de un niño médicamente y criaba al niño como si fuera de este sexo y el niño se definiría a sí mismo como pertenecer a este género. Money dijo que “Gender and children are malleable; psychology and medicine are the tools used to transform them” (Kessler, 6). Su teoría había sido desarrollado por los niños inter-sexuados pero decidió tratarlo con Bruce. En consecuencia, los padres lo criaron como una chica, pero Bruce nunca se sentía como una chica y finalmente quería ser un chico. Esta situación alinea con las ideas de Milton Diamond que creía que la biología determina el sexo y no puede ser cambiado por la crianza. Entonces, el sexo no debe ser determinado por el tamaño del pene, sino por la cantidad de testosterona en el cuerpo y los efectos que la testosterona tiene sobre el cerebro. Los padres tienen un trabajo difícil al decidir si quieren reasignar el sexo de su recién nacido inter-sexuado y no es una decisión para tomarse a la ligera. La presión de la sociedad es fuerte pero a la vez, la felicidad del niño se debe considerar. Un médico declaró que “Happiness is the biggest factor. Anatomy is part of happiness” (Kessler, 18), pero creo que también el sentido de una persona de ser hombre o mujer, independientemente de los genitales, también forma un parte de la felicidad.
Kessler, Suzanne J. "The Medical Construction of Gender: Case Management of Intersexed Infants." Signs: Journal of Women in Culture and Society. 16.1 (1990): 1-24. Print.